
Siento verguenza de mis deseos
pues cuando moriste anelaba tu muerte
Siento miseria y amargura
pues cuando moriste recreaba mi suerte
Tenías que morir
para que yo viviera
Tenía que vivir
para que sobreviviera
Fue un alivio que te olvidara
que tu sonrisa de cielo acabara
Que tu partida fuese tu muerte
y que tu otra vida se aparte para siempre
Hay maneras de morir
como el adiós que no se espera
Tenías que partir
para que sucumbiera
Entierro tu amor, que serías tú
Profundo, temor de perderme
Es cierto, bajo mi mirada
tenías que morir, sí, morir.